EN DEFENSA DE LA FE, LA LIBERTAD, LA VERDAD Y LA VIDA
Contra la tiranía del belicismo islamista de los infieles, crueles invasores, saqueadores, esclavistas y fanáticos.
Frente al cinismo, la fingida tolerancia, la explotación, las traiciones y las maniobras de los príncipes tiranos.
Frente a las herejías, falsificadoras, abyectas, serviles y retrógradas.
Frente a la barbarie de la idolatría, los ritos salvajes y los atroces sacrificios humanos.
EL REINADO DE ISABEL Y FERNANDO
Con este glorioso reinado se dio el impulso y se pusieron las bases de lo que sería a continuación la Edad de Oro de España y el imperio español, la mayor plenitud y extensión alcanzada por la civilización cristiana en la historia universal. La cultura española de la Modernidad otorgó al mundo su era de mayor nobleza, madurez doctrinal y espiritual, de mayor heroísmo, magnanimidad y belleza que conoce la Historia. Tal es la esencia de la cultura moderna que España tiene legada al mundo, tal es la noble herencia española: un orden de valores cristiano y noble, una forma específica de Caballería. La idea que de Europa tuvo la Cristiandad regida por la España de los Reyes Católicos y sus sucesores en el trono se parece muy poco a la idea de Europa de la actual Unión Europea. La Europa actual, hija sobre todo de aquella fatua Ilustración —oscurantista y libertina— y de la trágica Revolución Francesa, es agnóstica y frágil.
CHRISTIANITAS
La Monarquía Hispánica (Christianitas hispánica o Christianitas minor) no deja de ser una prolongación de la vieja cristiandad (Christianitas maior), según autores ultracríticos, como Miguel Ayuso (La Hispanidad como problema. Historia, cultura y política, Madrid, Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, 2018). El reconocimiento de los valores de las culturas indígenas singulares, la diversidad de las lenguas nativas o el mestizaje no supusieron nunca una traba para la pujante cultura hispánica, de raíz profundamente cristiana. Para la Monarquía y para el pueblo español, evangelizar no significa europeizar. Civilizar es “cristianar”. De modo que la cultura o la lengua puede ser náhuatl, otomí, purépecha, maya, zapoteca, mixteca, guaraní, mapudungun, allentiac, quechua o muisca. La cultura puede ser distinta o singular en todo, menos en la religión, que no puede ser pagana, idólatra o caníbal. No así para otros países europeos, algunos profundamente racistas o nacionalistas.
ESPAÑA ÍNTEGRA
A lo largo de toda la empresa española en América, la Corona se sometió a examen de los teólogos, juristas y funcionarios, quienes consideraron con objetividad ejemplar todas las cuestiones que planteaba una realidad inédita. Oyeron innumerables opiniones, analizaron conductas y dictaminaron de acuerdo con los principios que presidían la vida del Imperio. No hay antecedentes históricos de que una nación triunfadora haya hecho una crítica tan rigurosa de su conducta y constituye una honra imperecedera de España, que dio todo lo que tenía en la más alta jerarquía de este tiempo. Infundió ese legado en una América que lo desconocía, porque quiso que esos territorios fueran la extensión de España, que así no fueron colonias ni factorías como las inglesas, francesas y holandesas, utilizadas sólo con fines comerciales y administrativos por funcionarios alejados de los nativos por motivos culturales o raciales.
LEGISLACIÓN DEL IMPERIO
Hispanoamérica, gracias a la formidable labor evangelizadora y civilizadora de España, se había organizado de una manera admirable. Y a pesar de la posterior adopción de ideologías francesas, las instituciones seguían respondiendo a las necesidades americanas. Un ejemplo fue la perduración del Consejo de Indias y de sus Leyes, que se puede considerar como la obra de la legislación para las colonias modernas. Europa no ofrece otro ejemplo de un tribunal cuyas decisiones hayan sido, durante trescientos años, tan luminosas, tan sabias como lo fueron y lo son aún las del Consejo de Indias.
UNA ECONOMÍA SANEADA
Los Reyes Católicos sanearon la Hacienda desastrosa que tomaron al comenzar su reinado. Sin crear nuevos tributos, cuidaron de recaudar bien los antiguos. Los ingresos fiscales de Castilla sumaban unos 10 millones de maravedís anuales en tiempo de Enrique IV; y hacia el año 1500 la Corona Castellana recibía anualmente más de un millón de ducados. Esta cifra bastaba entonces para fundamentar un imperio. Los Reyes trataron las cuestiones hacendísticas y económicas con particular esmero. Los Reyes Católicos hicieron todas estas cosas sin aumentar en absoluto los impuestos y tributos a que el pueblo ya estaba acostumbrado. Y mantuvieron la estabilidad en el precio del oro, lo cual constituye la gran hazaña de la vida económica de final del siglo XV.
PROGRESO Y LIDERAZGO CULTURAL DE LA ESPAÑA IMPERIAL
Sobre tan rico y sólido fundamento se fue edificando un pensamiento, un arte, una cultura: ella produjo a Cervantes, a Calderón, a Quevedo, a Francisco Suárez, a Velázquez y a Ribera... Nadie daba tanto en el mundo del Siglo XVI; y el P. Vitoria con la escuela de Salamanca, desarrolló las Leyes de Indias ya iniciadas por Isabel, y crearon el Derecho de gentes, lo que constituye a España como depositaria de la gloria jurídica de Roma, superada por su propio genio con un concepto cristiano sobre la legislación política, social y económica.
AMÉRICA HISPANA
España descubrió, evangelizó y civilizó América y a otras muchas gentes por el mundo. Fue una legión de titanes del espíritu que dejó su vida en tan formidable empresa durante más de tres siglos.
Isabel concebía las conquistas como un medio para ampliar la Cristiandad y atraer almas a la fe de Cristo. Se comprende así que en las últimas horas de su vida, entre el 12 de Octubre de 1504, en que firmó su testamento, y el 26 de noviembre, en que murió, se sintiera obligada a introducir el codicilo en que se establecía la base argumental de toda su política; aquélla que dictaba la doctrina de la Iglesia: los habitantes de las islas y tierras recién descubiertas eran personas humanas, debían ser tratados como súbditos, convertidos a la fe y respetados en su libertad.
Era la primera vez en la Historia que esta doctrina acerca de un derecho natural, previo a cualquier otro, se presentaba en forma imperativa, con un mandato. Realmente fue un testamento ejemplar. Porque quiso convertir de una manera especial en ley del reino, la doctrina de la Iglesia acerca de la libertad de los indios. Y aprovechó su testamento, ley fundamental, puesto que expresa la voluntad del soberano impuesta a su sucesor, para introducir un codicilo que se adelantaba a los demás países del mundo en varios siglos: y que en algunos aspectos esenciales sigue adelantado hoy. Ello dio lugar al mestizaje, fenómeno genuinamente español de generosidad universal.
Una de las mayores glorias de la Reina Isabel, y con ella de España, es la abolición de la esclavitud, al menos en la gran anchura del mundo hispánico.